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Etimologías

Etimologías

Jeans


¿Sabías que cuando llevas puestos unos jeans, es decir unos pantalones vaqueros, llevas un pedacito de Génova en tus piernas?


La palabra “jeans” procede de la manera incorrecta en que los norteamericanos pronunciaban la palabra Gênes (Génova en francés), que era la ciudad italiana desde donde importaban el tejido con el que se hacían los vaqueros, llamado denim (nombre que, por otra parte, procede de la ciudad francesa de Nîmes). Si los Levi Strauss y compañía lo hubieran pronunciado de otra manera, hoy en día todos nos pondríamos unos "génovas" o unos "genes", que no sé qué es peor.

 


Gaceta


Muchos periódicos se han llamado gaceta, e incluso este término ha llegado a ser sinónimo de periódico.


El término procede de la palabra italiana “gazza” que significa urraca (picaraza por tierras aragonesas), que era una moneda veneciana de escaso valor y que llevaba acuñada la efigie de este pájaro. Con ella se compraba un famoso periódico (que costaba dos reales, es decir una “gazza”) y que por eso pasó a llamarse popularmente “gazzetta”.

 


Gilipollas


En Madrid hay una calle llamada de Gil Imón. Es una calle dedicada al que fuera alcalde de la capital, D. Gil Imón, por los tiempos de doña Mariquita, cuando el duque de Osuna organizaba sus célebres bailes,  a  los  que  acudía  la crema social, para  poner en el escaparate familiar a lindas damitas de la buena sociedad, como oferta casadera, las cuales acudían  ataviadas con su miriñaque de fino muaré. A las damitas de entonces se les aplicaba el apelativo de "pollas", que en el DRAE llevan, como sexta acepción, figurada y familiarmente, el significado de  jovencitas.


El  tal  Don  Gil  era un personaje de relieve (la prueba está en que tiene dedicada  una  calle)  y  su  nombre aparecía frecuentemente en los ecos de sociedad  de  las  revistas  del corazón de la época. El hombre tenía dos hijas en edad de merecer, y, como buen padre, se sentía  obligado  a  responsabilizarse de sus deberes familiares. Las muchachas eran del montón, tirando a feotillas, no muy sobradas de gracejo, y hasta un tantico tontuelas. Y se hacía acompañar  por ellas a todos aquellos sitios a los que, invitado como primera autoridad municipal, tenía  que  acudir.  Él,  en  su  fuero  interno,  acudía   no como primera autoridad  municipal,  sino  como primera  autoridad   familiar.


-¿Ha llegado ya D. Gil?


-Sí,   ya  ha  llegado  D.  Gil   y,  como siempre, viene acompañado de sus pollas.


D. Gil departía animadamente con los próceres de la ciudad, y, mientras tanto, sus pollitas  iban  a  ocupar  algún  asiento  que descubrieran desocupado, a esperar a que algún pollo (o pollopera) se les acercase, cosa siempre poco probable. La situación, una y otra vez  repetida, dio lugar a la asociación mental de tontuelidad con D. Gil y sus pollas.


Para designar a los tontos, el español siempre ha sido un idioma muy rico, pero no para designar a la  tontuelidad  inconsciente de que hacían gala ambas muchachas.  Hubo alguien que dijo que “el que es tonto y lo sabe  no  es  tonto del tó”. Los imaginativos y bien humorados madrileños lo tuvieron  fácil  para expresar  la  idea de tontuelo, tontaina, tontucio, tontuelidad integral  pero  inconsciente. Cada vez que llegaba el alcalde con sus amadas hijas, se decía, “ya está aquí don gil y pollas”. Y cundió la especie  por "el todo Madrid", que creó esta palabra especial, castiza, nacida en la Capital del Reino y después exportada al resto de España, ganándose a pulso el derecho de entrar en  la  Real  Academia  Española.

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3 comentarios

Al-Andalus -

Esto de las etimologías está guay, quiero mássssssssssss ¿puede ser?, sí, sí.Pobre Don Gil habrá que ayudarle a encontrar mozo recio para sus "pollitas"

Anónimo -

¡Qué fotakos más guais! Del pobre Gil y Gil ya ni me acordaba. Habrá que nombrarle a usted, sea quien sea, fotógrafo oficial del andamio. Gracias.

Federico Muelas -

¡Cómo mola! aprendiendo esto ya no es necesario hacer el curso de guitarra por correspondencia de CEAC para ser el centro de todas las fiestas. Lástima que no hay foticos, bueno, de momento. Porque todo será que la aPESTOsa Jarrita Pinilla se meta en tu armario y empiece a ronronear con potochop...