Etimologías
Mariachi
Del francés mariage, que significa boda, matrimonio.
Con este término se designa a una diversión típica de México consistente en que un grupo de músicos ronda por las calles para entretener a la gente. Cuando los franceses ocuparon México en 1863, cuando veían a estos grupos de músicos por la calle decían “Voilà un mariage!” (“¡Mira, una boda!”) y a los mexicanos parece que les hizo gracia y se adueñaron de la palabra convirtiéndola en mariache y después en mariachi.
Pero resulta que hace poco se ha descubierto algún documento anterior a esa fecha donde aparece el término mariachi, por lo que el origen de esta palabra tiene que ser por fuerza otro.
Hay dos teorías: puede ser el nombre antiguo de un árbol con el que se construían las tarimas para los bailes o festividades colectivas o bien un término de la familia lingüística azteca con el que se designaba a una antigua danza ritual de carácter sensual y obsceno.
Gabacho
Desde el año 1530, los españoles usamos este término, con un claro matiz despectivo, para referirnos a nuestros vecinos del norte, los franceses. Su etimología es más que discutida.
Gave (en bearnés gabe) es el nombre genérico que se le da a los cursos de agua en las regiones del Bearn y Bigorra, en la vertiente francesa de los Pirineos centrales. Los más famosos son los gaves de Pau, Aspe, Ossau y Oloron. Parece que proviene del radical precéltico gaba, que significaría “río o torrente de montaña”. Así que los “habitantes de los gaves o gabes” serían para nosotros los gabachos.
Pero es muy probable que el origen etimológico sea este otro.
En occitano “gavach” significa montañés rústico, que habla mal la lengua del país. El sentido propio del vocablo es "buche de ave" y sobre todo "bocio". Esta enfermedad era muy típica de esas zonas. Se debía a la ausencia de yodo de las aguas de sus ríos y provocaba un engrosamiento exagerado del cuello. Al parecer, los propios franceses llamaban a los montañeses bearneses “gavaches” es decir, persona con bocio. A los españoles nos costó poco aplicar este término a todos los franceses.
Chovinista
Seguimos sin salir de Francia.
Procede del nombre del cómico francés Nicolas Chauvin que solía interpretar a un soldado del ejército napoleónico que manifestaba un cariño desmedido hacia el emperador. Hoy en día con este término nos referimos a quienes exaltan de forma exagerada todo lo nacional rechazando lo extranjero.
En italiano tienen un término más expresivo para este concepto. Se trata de “campanilista”, es decir aquél que está muy apegado al campanile (campanario) de su pueblo y todo lo suyo le parece lo mejor del mundo.
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