Una villa palladiana
En Vicenza hay muchas villas de Andrea Palladio. Todas ellas espléndidas, con sus armónicas proporciones, sus paredes suntuosamente decoradas y sus techos con frescos pintados por los más famosos pintores de la época.
Pero en una de ellas la leyenda tiene casi tanto protagonismo como todas sus maravillas arquitectónicas.
Se trata de la villa Valmarana ai Nani (Valmarana de los Enanos)
Cuentan que su propietario, Don Giustino Valmarana, tenía una hija enana. Para que la niña no sufriese ningún trauma por su defecto físico, creó para ella todo un mundo a su medida. Las mesas, las sillas, las camas, todo era de su tamaño. Hasta los guardianes y los sirvientes eran todos enanos, para que la niña, recluida de por vida en la villa, nunca fuera consciente de su defecto. Hasta que un día penetró en el jardín un apuesto príncipe de estatura normal. La muchacha, al ser consciente de su estado, se arrojó por una torre y todos los sirvientes, rotos por el dolor, quedaron convertidos en piedra.
2 comentarios
Nano -
Mudito y Gruñón -