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MICRORRELATO

MICRORRELATO

El hombre no tenía nariz, ni ojos, ni boca.
Y el rostro estaba cubierto de pelo.
Me llamaron a mí, para que investigara.

La encuesta no fue tan sencilla como posteriormente pudierais imaginar.
Me proporcionaron el pasaje de avión, y volé hasta los antípodas. Y de allí volví al punto de partida.
Por la otra cara del mundo.
Era preciso actuar con cautela, puesto que en ello estribaba el éxito de la empresa.
Solo así pude averiguar lo que averigüé, y redacté un informe de setenta y siete páginas.
Del cual se deducía que: aquel hombre estaba de espaldas.

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(Gonzalo Suárez, en La Literatura, Alfaguara, Madrid, 1997)

 

Etimologías

Etimologías

Basílica

Del griego basileus, que significa rey, término del que deriva basiliké, lugar perteneciente al rey, casa o palacio de reyes. La primera basílica en el sentido de morada real fue el palacio de Constantino. A partir del siglo XV se aplicó a los recintos religiosos.

El diminutivo es basiliskos, es decir reyezuelo, palabra de la que procede basilisco, un animal mitológico nacido del huevo de una gallina vieja incubado por un sapo y cuyo cuerpo era el de una serpiente pero con cabeza, alas y patas de gallo. Su veneno hacía marchitar las plantas y, al parecer, su mirada era tan virulenta que podía matar a un hombre.

Está claro que el término basílico, es decir albahaca, también debe de andar por ahí metido. Unos dicen que porque era una planta que, gracias a su maravilloso olor, era utilizada por los reyes para hacer sus abluciones, mientras que otros creen que esa planta servía como antídoto para el veneno del basilisco.

 

Mudéjar

Del árabe mudayyan que significa domesticado, domeñado.

A partir del siglo XV, se aplicó al musulmán que, rendido a los cristianos, se le permitía seguir viviendo entre ellos sin mudar de religión.

 

Compañía (compañero)

Del latín cum (con) panis (pan). Las cofradías francesas de constructores, albañiles y picapedreros que construyeron las catedrales góticas, recibían precisamente el nombre de compagnonnage, es decir "aquellos que comparten su pan”, vamos, algo así como el bocata que se comen los peones de albañil a media mañana. Otras palabras de la misma familia serían condumio, compango o la bonita palabra italiana "companatico".

 

BRÚJULA PARA LAS FIESTAS

BRÚJULA PARA LAS FIESTAS

ALFONSO STREET

Dirígete al Oeste, hasta que el Este
sea el Oeste también, fin y principio
              
Y entonces ve hacia el Norte, hasta que el Sur
sea el Norte también, fin y principio.
              
En su confluencia exacta tal vez halles
qué significa el fin y qué el principio.
              
Pero es mejor que apures tu cerveza
sentado en una mesa con amigos.
              
Y que otros se alucinen y extravíen
persiguiendo ese fin o ese principio.

José Mª Fonollosa

Etimologías

Etimologías

Trabajo

Procede del vocablo latino “tripalium” que hace

referencia a un artilugio de tortura consistente

en tres palos cruzados donde se inmovilizaba a

los presos mientras se les azotaba y torturaba. La palabra derivó en tribalium y luego en tribalio, dando al final trabajo. Durante muchos años el trabajo se consideró sólo digno de esclavos, es decir una verdadera tortura, hasta que poco a poco se le fue añadiendo cierto matiz dignificante.

A destacar que el inglés “travel” también parece descender de este término. Debe ser porque para los ingleses viajar supone más un trabajo que un placer, y que los italianos denominan “travaglio” sólo a los dolores del parto, trabajo arduo donde los haya.

Una palabra relacionada con el trabajo y que existe en casi todas las lenguas es robot, que procede del verbo eslavo rabotats, que en checo y en ruso significa, precisamente, trabajar, que a su vez deriva de rab, que significa esclavo.

 

Jubilación, jubilar

La palabra jubilación tiene un origen hebreo y otro latino.

En el primer caso tiene su origen en la ley de Moisés, que estableció que una vez cumplidos los 49 años (siete veces siete) debía celebrarse una fiesta –el yobel- para dedicarse a reflexionar, meditar y volver a la esencia de la vida, pero siempre con gozo y alegría. El año nº 50 se dedicaba pues a disfrutar con júbilo de lo que se había conseguido en los años anteriores.

Esto dio lugar al término latino jubilatio, jubilationis, que significa gozo, alegría, júbilo. 

 

Azafata

Las mujeres musulmanas de Al-Andalus que pertenecían a las clases adineradas poseían esclavas que custodiaban y servían una especie de bandeja que contenía joyas. Esa bandeja se denominaba safat y las esclavas asafat. El nombre pasó a las mujeres al servicio de las reinas de España, que eran denominadas azafatas o también camareras (de la cámara de la reina).

En los años 50, cuando se inició la industria aeronáutica para el transporte de personas en España, se estuvo pensando en elegir un nombre adecuado para esta profesión y, desechándose los extranjerismos (hostess, stewardess) finalmente se decidió por recuperar este curioso arabismo.

 

Venecia, ¿la ciudad de los enamorados?

Venecia, ¿la ciudad de los enamorados?

Venecia, ¿la ciudad de los enamorados?

¡Y un cuerno! Esto es más o menos

lo que piensa Tiziano Scarpa, autor de la guía “Venecia es un pez”.

No es una guía al uso, en primer lugar porque no está escrita por un visitante enamorado de la ciudad de los canales o por un viajero profesional, sino por alguien nacido y criado en Venecia, y por tanto con una visión de la ciudad que por fuerza ha de ser distinta a la que pueda tener un turista, por muy conocedor que sea de ella.

La guía está estructurada en las partes del cuerpo humano y la sensación que produce esa ciudad en ellas. El autor disecciona Venecia al ritmo de nuestro cuerpo: pies, piernas, corazón, rostro, manos, boca, nariz, y nos cuenta lo que experimenta cada órgano a medida que se va visitando la ciudad. Sus reflexiones, anécdotas y observaciones, escritas con un estilo socarrón y desenfadado, hacen de la lectura de esta pequeña guía “sensorial” toda una delicia, independientemente de que se conozca o no la ciudad de los canales.

El título de la guía es muy ilustrativo, ya que para Tiziano el mapa de Venecia es como un pez, concretamente como un colosal besugo varado en la arena que se ha quedado anclado para siempre en esa prodigiosa Laguna.

¿Y por qué Venecia no es la ciudad de los enamorados, según el autor? Pues porque carece de dos cosas imprescindibles para iniciarse en las artes amatorias y que no faltan en ninguna ciudad del mundo: los coches y los parques.

Y eso es algo que él debió de sufrir en sus años mozos, cuando, sin casa propia, iba en busca de aventuras y de los primeros escarceos amorosos. Estaba difícil la cosa si a un adolescente no le sobraban unos cuantos milloncejos de liras para poder pasar una noche de pasión en un hotel de la ciudad, porque montárselo en el asiento de atrás del Cinquecento o entre la espesura de unos matorrales, debía ser labor imposible.

Definitivamente, Casanova debía ser un tío con pasta…

Etimologías

Etimologías

 

Cóctel

Betsy Flanagan, una camarera que trabajaba en

una pequeña taberna de Nueva York durante la guerra de la independencia norteamericana, solía hacer combinados de bebidas y utilizaba para mezclarlos una pluma de la cola de un gallo. Una vez, un soldado francés que pasaba por allí probó uno de esos combinados y le gustó tanto que, en una mezcla de francés e inglés, gritó "Vive le cock tail!", que significa "¡Viva la cola de gallo", del inglés cock (gallo) y tail (cola); desde entonces, Betsy llamó cocktail a sus combinados, dando lugar en castellano al refrescante "cóctel”.

 

Guay

Al parecer procede de la palabra árabe "kuwayyis", que se pronuncia algo así como "kuaiis" y significa "bueno, bonito".
Los vendedores marroquíes de hachís utilizaban mucho este término para expresar que el hachís que vendían era de buena calidad, así pasó la expresión a los andaluces, quienes la pronunciaron como "guai" y de esta forma pasó al resto de España.

 

Sibarita

Habitante de la ciudad de Sybaris, fundada por los griegos en el sur de Italia, en plena Magna Grecia, en lo que hoy es Calabria,.
Llegó a ser muy rica y próspera, y su lujo fue célebre entre todos los griegos, dando lugar a muchas leyendas sobre las formas de vivir refinadas de sus habitantes. Algunos de ellos dormían sobre lechos de pétalos de rosas, y había quien se quejaba cuando algún pétalo estaba arrugado. Se cuenta que echaron de la ciudad a todos los herreros porque molestaban con sus martilleos.
Los sibaritas enseñaban a bailar a los caballos al son de la música, haciendo con ellos desfiles espectaculares, cosa que aprovecharon los crotones (habitantes de Crotona, una ciudad vecina) para ganarles en una famosa batalla en el año 510 a. de C., presentándose a la misma  acompañados por músicos. Cuando éstos se pusieron a tocar, los caballos sibaritas empezaron a bailar, y los crotones aprovecharon la confusión para arremeter contra los de Sybaris venciéndoles y destruyendo por completo la ciudad

Cuentan las crónicas que los habitantes de Esparta fueron los que más se alegraron de esta victoria, pues, dado su modo de vida, odiaban a muerte a los refinados sibaritas…

La storia di Lodovico Bramaltoco

La storia di Lodovico Bramaltoco

(Monologo in dialetto Visentin de Aldo Fin)

(Espero que. más o menos, se entienda todo)


Voio contarve la stòria de Lodovico Bramaltoco, orbo de na gamba e soto de un òcio. El gera un tipo che’l pensava sempre ai tempi antichi, quando i copava i peoci coi pichi, e i ferava i gati co le fete de salado, se vendea la merce a tre brassi e un franco, tre bale e un soldo, tre cai co la ola e i ‘ndava par aqua con la sesta. El gera parente del cugnà del fiolo del nevodo dela serva del arciprete dela meleta del pontepassero. Quelo el diseva de esser cogo, invesse el gera fasente funsion del sotovice capo sguatero.

So bisnono el gera conte parché el contava le stele stando in leto, el dormiva co la scùria par difénderse dai pantegani e col ombrea verta parché pioveva zo. Dunque so bisnono el gera conte, so nono contin, so pare contadin e lu el gera so fiolo. So pare ala festa marciava in capelo e so sorea faseva servìssio campo marso nele ore de note. So zio gera l’osto del Megheto e Lodovico dormiva nela càmera dei saladi. Questo so zio gaveva inventà un bevaron col eticheta stampà – rinfresca, riscalda, tonìfica, molìfica, fortìfica, strense, slarga, s-ciara la vista, move el cataro e fa pissar ciaro. Lodovico ghenà bevù na bossa e così ghe ze vegnù el tifo, el tanfo, la rogna, el sgranfo e el cagoto a scossi. E si che le ze un tipo esperto! figureve che el ghe ga dà na s-ciafa al bocae de pisso, el ga smerdà la luna col bacheto, el ga inventà el musarolo par le piàtole, el ga portà la malatia dele suche e i lo ciama spesso a s-ciopare le piàtole al ospedae. El ze anca un toso económico; ndando a strasse el ga rancurà tanti de quei peoci che con la pele el se ga fato un par de guanti e lu se li mete quando el ga sono, così dala spissa el resta sveià. El va spesso coi amici Ganassa, Tranche e Moleca al masselo Comunale ala ricerca dele balete de peo nele buele dei vedei copà.

Un giorno el ragionier Puineta, vècio come Marco Caco e parente de Bortoeto Caca, cugnà de Pacina che gaveva i cessi in piassa, ghe ga indicà l’avocato Sparasela, paron del albergo dele quatro efe, (fredo, fumo, fame, fastìdio) come un bon avocato de cause perse. Infati nel processo contro Rómolo Schissa, Toni Boassa, Memo Coessa e Bórtolo Giossa, el ga fato assòlvere la siora Squàquara Spacaossi, che nel canton del spìgolo del àngolo dela curva dela svolta dela strada la gera stà ofesa da lori. Così per meso del avocato Sparasela el ga otegnù la licensa de véndare: fuminanti, cerini, lapis, fini, biro, patina col lùcido, candele par la note saltinpansa, amareti, rovina fameie, stracaganasse, storti del dolo, forti de Bassan, pandoi de Vicensa, cuchi e sigoloti, buei per far saladi, el unguento par la rogna, la tegna e la giossa al naso. El so amico Cornolò ga invità al so matrimònio, mandàndoghe questa partecipassion: Cornolò Cornèlio da Cornedo Vicentino, sonatore di cornetta e Cornale Rebecca da Cornuda, operai in ogeti de corno e cornici, ti invitano al loro matrimònio a Cornigliano Lìgure. Viaio de nosse al Corno d’oro e crociera in Cornovaglia. Lodovico ga partecipà ale nosse e al sposo el ghe ga fato par regalo un capeo co le màneghe. El ga n’altro amico, parente del Onorevole Gava che ga nome Pierluca e la morosa la se ciama Francesca Duro. Anca lori ga invità Bramaltoco al matrimònio; ma sicome Pierluca, come se usa desso, i lo ciama Luca e so morosa i la ciama Checa, così nel invito gera scrito: Luca Gava e la Checa Gava Duro. Lodovico par regalo de nosse ghe ga comprà do vasi da note col mànego a sinistra. Par questo i so amissi ghe vol ben, anca parchè el porta in testa un capeo che ghe stà ben come na merda s’un ferale, e lori i lo ciama con qualche soranome; ciùcia nèspoi, caga stròpoi, sgrigna papoe, sculassa bote, mastega brodo, becamorti, pelaoche, smerdarolo. Qualche volta el va a pescare le rane col feraeto. A vardarlo in distansa el fa na bea lontanansa, parché el ga un peto che fa stómego, ma el ze tanto sensìbile che se el vede qualcosa de bruto, el resta putrefato. Quando che’l tase no’l parla mai e la sera apena el se spoia el va in leto.

 

Parole, parole, parole...

Parole, parole, parole...

Scemo, scemotto, stupido, stupidotto, imbecille, coglione, cretino, scimunito, sciocco, fesso, deficiente, barbogio, rimbecillito, rincretinito, rimbambito, rintronato, rincoglionito, rinco, stronzo, gonzo, pirla, bischero, babbeo, ebete, testa di cazzo, testa di rapa, testa di cavolo, citrullo, somaro, asino, stordito, corto, ottuso, tardo, tonto, intontito, grullo, idiota, bue, stolto, allocco, baggiano, beota, lento, menomato, mentecatto, minorato, pollo, ritardato, sottosviluppato, stolido, subnormale, handicappato, disabile, ignorante, incapace, semplice, sempliciotto, zoppicante, deficitario, imbambolato, sclerotico, arteriosclerotico, suonato, addormentato, frastornato, intorpidito, torpido, imbesuito, cucuzzo, cucuzziello, scemo del villaggio…

 

¿Hay quién dé más?

 

Tonto, idiota, necio, bobo, memo, imbécil, estúpido, ignorante, cretino, burro, borrico, asno, melón, lelo, mentecato, lerdo, majadero, simple, simplón, fatuo, atontado, embobado, atolondrado, zoquete, ceporro, zopenco, torpe, corto, lento, capullo, obtuso, opaco, espeso, iletrado, analfabeto, lego, tontaina, tontarra, tontorrón, tontuno, tonto de remate, tonto de capirote, tonto del culo, tonto del bote, tontolaba, tontolpollas, gilipollas, gilipuertas, giliflautas, gili, agilipollao,  alcornoque, cabezahueca, cabeza de chorlito, pazguato, insensato, primo, panoli, zote, mendrugo, besugo, tarugo, samarugo, jauto, ababol, abombao, negao, membrillo, mostillo, bobalicón, percebe, botarate, badulaque, bodoque, mastuerzo, mameluco, mequetrefe, gaznápiro, chorras, pijaito, cipote, zonzo, pasmado, pasmarote, lipendi, tolili, primavera, canelo, huevón, boludo, pelotudo, mamerto, subnormal, anormal, mongol, mongólico, retrasado, ablandabrevas, abundio, tonto del pueblo…

Qué raros son estos polacos…

Qué raros son estos polacos…

Sí, aunque parezca mentira… en polaco “Italia” se dice “Włochy”, que más o menos se lee “vuoji”. “Italiano” se dice “włoski” (vuoshki) e italiana “włoska” (vuoshka). Tratar de encontrar una razón a semejante misterio lingüístico puede ser relativamente complicado. Pero veamos qué explicaciones dan los propios polacos.

Włochy es un importante barrio de Varsovia, situado en el sur de la ciudad, muy cerca de otro barrio llamado Wola. Parece ser que hace mucho tiempo un ejército extranjero, probablemente  italiano, podría haber acampado al lado de Wola y por eso empezó a llamársele así. Con el tiempo la palabra se fue transformando e identificándose con ese nombre al país de procedencia de las tropas.

Otra teoría, quizás la menos seria de todas, es que deriva de la palabra włosy, que significa cabello, más bien cabellos largos, como los que llevaban los siervos de Bona Sforza d’Aragona, la mujer italiana del rey polaco Segismundo I, de ahí el término para indicar el adjetivo "italianos", es decir "włoskie" (“el pueblo de los cabellos largos”).

Pero quizás la tesis más extendida sea esta otra. Parece ser que las tribus eslavas del norte de los Cárpatos llamaban a las tribus latinizadas procedentes de países del sur de Europa con el nombre genérico de wloch o vlachi. Algo parecido a lo que hacían los romanos con los que llegaban de más allá de los Alpes, a los que genéricamente llamaban bárbaros.  Por ahí anda metida también la palabra wallach, que es el nombre con que las tribus germánicas llamaban a los otros bárbaros más latinizados que ellos (celtas, góticos y dacios), que vivían en las fronteras del Imperio Romano. Este término daría nombre a una provincia del imperio llamada Vallachia (lo que actualmente es la región de Rumanía llamada Valaquia). Si rastreamos en el nombre de otras naciones o regiones, también encontramos restos de esta misma partícula, Valonia y Wales (Gales) serían dos ejemplos claros. Posteriormente, los polacos identificarían con ese nombre al pueblo más latinizado de todos, es decir, al romano o italiano.

Sean o no verídicas estas explicaciones (estudiosos polacos y eslavistas en general no se ponen muy de acuerdo), ¡¿qué podríamos decir entonces de los húngaros, que para decir “Italia” no se les ha ocurrido otra cosa que “Olászország”…?!

Para mí que en realidad los raros deben ser los italianos…

Mammonada

Mammonada

Etimologías

Etimologías

Spam

La empresa estadounidense Hormel Foods lanzó en 1937 una carne de cerdo en lata originalmente llamada Hormel’s Spiced Ham. El gran éxito del invento lo convirtió con el tiempo en una marca genérica, tan conocida que hasta el mismo fabricante le recortó el nombre, dejándolo con solo cuatro letras: Spam. El Spam alimentó a los soldados soviéticos y británicos en la Segunda Guerra Mundial, y desde 1957 fue comercializado en todo el mundo.

El grupo de humor británico Monty Phyton se burló siempre de esta carne enlatada, gritando “¡Spam!” en cualquier momento. “Spam” era la comida chatarra, y también era lo que interrumpía la conversación en cualquier sketch… Cuando el correo basura empezó a llegar a los ordenadores de medio mundo, se pensó en esta palabrita para bautizarlo.

 

Spa

Del latín “sanitas per aquam”, es decir la “salud por el agua”.

Se trata de un anglicismo con pocos años de vida en español y que es innecesario a todas luces, pues con la palabra balneario (que es lo que significa en inglés) tenemos más que suficiente. Pero hoy en día, cualquier complejo hotelero que se precie, si no tiene spa, parece que le falta algo…

 

Bluetooth

El rey vikingo Harald Blåtand, reinó en Dinamarca entre los años 940 y 986. No era el típico vikingo rubio (de hecho "Blåtand" significa algo así como "hombre fuerte de tez morena") y era conocido por los ingleses como Bluetooth (que significa "diente azul"), no se sabe muy bien si porque tenía un diente azul o por el parecido en la pronunciación de Blåtand y Bluetooth. En España se le conocía como Diente Azul, posiblemente por influencia del inglés. El caso es que este rey unificó las naciones de Dinamarca y Noruega, uniéndolas además bajo una sola fe, el cristianismo.

Cuando en 1994 la compañía escandinava Ericsson creó un dispositivo capaz de unir diferentes tecnologías (ordenadores, teléfonos móviles, agendas telefónicas...) bajo una única interfaz, decidió honrar a ese antiguo rey vikingo y bautizarlo con el estrambótico nombre de "Diente Azul".

VENDEDORES DE PIOJOS

VENDEDORES DE PIOJOS

No es ningún secreto decir que Nápoles, la capital del Mezzogiorno italiano, es también la capital de la picaresca, del arte de “arrangiarsi” o apañárselas, de la economía sumergida y del buscarse la vida como uno buenamente -o malamente- pueda.

Por ello, hasta hace relativamente poco allí se podían ver escenas callejeras de lo más variopinto, vendedores de los más variados cachivaches, como “o sapunaro”, el vendedor de jabón, “o pettenessare” el vendedor de peines, “o pazzariello” personaje vestido de general borbónico y que con un  bastón desfilaba por las calles haciendo publicidad de la tienda que le pagaba y al mismo tiempo bailando al son de algún instrumento, el “ostrecare” o “cuzzecare” vendedor de marisco (casi siempre mejillones) “o materazzare”, el colchonero, “o mellunare” o “cocomeraio” el vendedor de melones y sandías, el “posteggiatore” el cantante de serenatas callejeras, “o maruzzare” el vendedor de maruzze o caracoles y, cómo no, los vendedores callejeros de pizzas “(pezzajuole”) y de pasta (“maccarunare”), que vendían sus espaghettis y macarrones recién cocidos por las esquinas y que la gente, a falta de cubiertos, se los comían con las propias manos. A todo esto había que añadir a los vecinos viviendo hacinados en minúsculos habitáculos a pie de calle (los famosos “bassi”) que hicieron tristemente célebre al casco histórico de esta ciudad por su promiscuidad e insalubridad. Para terminar de componer la estampa, tendríamos, cómo no, a toda la gama del “cammurriste”, con todos sus gremios y jerarquías.

Pero el arquetipo del personaje típicamente napolitano era el “scugnizzo”, el niño de la calle que se buscaba la vida de limpiabotas, de chico de los recados, de trilero, o de lo que hiciese falta y que siempre estaba al acecho del incauto turista para venderle lo que hiciera falta o hacerle el “bidone” (darle gato por liebre) a las primeras de cambio.

Dos de los productos estrella con los que mercadeaban eran el “aire de Nápoles”, envasado en cajitas de cerillas y que vendían como “el mejor aire del mundo”. El otro era algo que fabricaban ellos mismos: piojos.

¿Y quién podría querer comprar piojos? Pues los soldados norteamericanos que durante la Segunda Guerra Mundial, hartos de estar fuera de su patria, no sabían cómo lograr que los mandaran de vuelta a casa y abandonar así esa ciudad asolada por la guerra. Metidos también en bonitas cajas de cerillas, los entrañables scugnizzi, después de despiojarse unos a otros, vendían los piojos por docenas a los soldados yanquis, que pagaban buenas cantidades por ellos (en dólares o en cigarrillos), y así, infestados de arriba abajo, eran inmediatamente enviados de vuelta a casa.

Esta piojosa anécdota probablemente no se encuentre en ningún libro ni en San Google, pero como me lo contó mi amigo Tonino, napolitano de toda la vida, y scugnizzo en sus tiempos mozos, me creo que pudiera ocurrir.

En realidad en la ciudad del Vesubio, todo puede o pudo ocurrir…

CURSOS DE VERANO

CURSOS DE VERANO

LA OTRA ESPAÑA: Judíos, de la convivencia a la tragedia.

Es el título del curso impartido en Tarazona. Es gratuito, así que hay poca gente. En la primera ponencia hay morbo inquisitorial, a los quemados en la hoguera se les denomina "relajados" y a la muerte entre llamas "relajación". A los que se han pirado a tiempo se les convierte en "relajados en efigie".

Siguiente ponencia, aprendemos como era la Inquisicion en las Indias. Una vez más, los intelectuales muestran su rechazo por las ¿nuevas tecnologías? La computadora se atasca y como no hay de recambio la profesora Yolanda nos larga su charla sin imágenes. En un comienzo se deja emigrar a todos los sospechosos de judaísmo porque hay prisa por repoblar pero luego el Cardenal Cisneros, enterado de que los herejes se han hecho americanos, monta espectaculares Autos de Fe

Tercera ponencia, computadora out, ponente out. Mucho rato sin saber de que habla el Sr Cuenca, aprovecho para hincar el diente en el libro comprado por la compañera de asiento: "Libro de viajes de Benjamín de Tudela", reza la contraportada que se trata de un judio tudelano que en la segunda mitad del s. XII se marca un viajecito que parte de Tudela y pasa por Zaragoza, de ahí, tomando la ruta del Ebro, desciende hasta Tortosa, llega al Mediterráneo por Tarragona, sigue después hasta Barcelona y Gerona para internarse en el Rosellón y Provenza. Embarca en Marsella rumbo a Génova, después Pisa, Luca y Roma; bordea la costa hasta Salerno, cruza la península itálica hasta el Adriático y embarca en Otranto dirección Corfú y Arta. Ya en territorio bizantino se llega a Constantinopla, visita las islas egeas y entra en Asia por Coricos. Bordeando las costas turco-sirias arriba a Tierra Santa, dominada por los cruzados, visita Jerusalén y otros lugares de interés para un ilustrado rabino. Alcanza Damasco y por el desierto sirio describe un arco pasando por Jama, Alepo Racca y, en Monsul, conecta con el valle del río Tigris para descender hacia Bagdad. Recorre tierras egipcias, El Cairo y Alejandría, el monte Sinaí y Damietta, desde donde toma barco a Sicilia, pasa al continente en Roma y por Luca y Verdún se va a París, donde se termina bruscamente su aventura.

Benjamín era un políglota, además de los romances hablados por las gentes de su región dominaba el hebreo y el arameo, lenguas que poseía todo judío cultivado. Entendía el árabe y acaso el griego y el latín.

Antes de que acabe esa tercera ponencia "aún aprendo", como diría Goya, que los viajes en la Edad Media eran incómodos y lentos, pero seguros. El medio tradicional terrestre era la mula (camello, en el desierto) y navíos para los ríos y el mar. Las velocidades ya poco rápidas de por sí, se ralentizaban todavía más debido al estado de los caminos y al peligro de los piratas y los bandidos. En el mejor de los casos se cubría por tierra 60 km diarios, si se trataba de un prelado o noble con séquito no rebasaba los 40 km/día. Por mar y con vientos favorables de popa, se podían recorrer de 115 a 150 km, incluso hasta 200 km en las 24 horas. Y por río, según se fuese a favor o en contra de la corriente, aproximadamente entre 40 y 50 km/día.

Problema: ¿cuánto tiempo le costó a Benjamín ir y volver?

Solución en : "Libro de viajes de Benjamín de Tudela", Biblioteca Nueva Sefarad. Volumen VIII. Versión castellana de José Ramón Magdalena Nom de Deu

Parole, parole, parole...

Parole, parole, parole...

Accidenti! Accipicchia! Cavolo! Perbacco! Capperi! Diamine! Caspita! Ammazza! Mannaggia! Mamma mia! Ostia! Ostrega! Ostia pataca! Osteria! Minchia! Cazzo! Cacchio! Perdiana! Perdinci! Perdindirindina! Mortacci! Cribbio! Cristo! Cristoforo! Madonna! Matosca! Madosca! Maremma! Porca miseria! Porca l’oca! Porco cane! Porco giuda! Porco…! 

¿Hay quién dé más? 

¡Albricias! ¡Córcholis! ¡Recórcholis ¡Caramba! ¡Caray! ¡Cáspita! ¡Mecachis! ¡Diantre! ¡Diablos! ¡Demonios! ¡Leñe! ¡Maldición! ¡Atiza! ¡La Virgen! ¡Pardiez! ¡Caracoles! ¡Canastos! ¡Sapristi! ¡Carajo! ¡Copón, ¡Jodo! ¡Joder! ¡Jope! ¡Jolín! ¡Jolines! ¡Hostia! ¡Narices! ¡Puñetas! ¡Inde! ¡Porras! ¡Coño! ¡Cojones! ¡Mierda! ¡Retruécanos! ¡Repámpanos! ¡Recáncamos! ¡Paparruchas! ¡Pamplinas! ¡Rayos y centellas! ¡Mecagüen diez! ¡Mecagüen la leche! ¡Mecagüen…!

 

Etimologías

Etimologías

Músculo

Del latín musculus, que significa ratoncito (mus: ratón, más la terminación diminutiva culus).  La palabra muslo también tiene este origen.

Al parecer, los antiguos romanos comparaban el movimiento de contracción de los músculos de las piernas y los brazos con un ratoncito que iba corriendo por debajo de la piel, dando lugar a esta original palabra. También puede ser que la forma redondeada y estilizada de los músculos les recordara a ese roedor.

 

Borraja

Hay dos teorías:

Una es que procede del latín tardío borago o borra, que significa pelo, por los pelillos que llevan las pencas y las hojas de esta planta.

Y la otra es del árabe buaraj o abou-rash araq, fonéticamente muy similar al anterior, que significa, respectivamente, “padre del sudor” o “planta del sudor”, por las propiedades de esta planta para provocar sudor.

 

Horchata

Cuenta la leyenda que cuando Jaime I el Conquistador entró en Valencia, una moza de la huerta le ofreció una bebida refrescante, y que cuando la probó exclamó "¡Això és or, xata!" (¡Esto es oro, chata!).

Dejando a un lado esta simpática anécdota, a todas luces falsa, el término proviene del latín "hordeata", que significa agua de cebada (hordeum, cebada en latínorzo en italiano, orge en francés). A destacar que la palabra orzuelo también tiene la misma etimología, del término latino hordeolus, que significa granito de cebada.

UNA LENGUA EXÓTICA

UNA LENGUA EXÓTICA

Durante muchos años, circuló una leyenda urbana que en la actualidad está totalmente desmentida.

Esta falsa idea consistía en que en la lengua de los esquimales había centenares de términos para referirse a la nieve. Dependiendo de una serie de factores (textura, posición, etc), se decía que los esquimales, a tenor de algunos supuestos estudios hechos por académicos norteamericanos, usaban una infinidad de palabras para describir todo tipo de matices del blanco elemento.

Pero se ha demostrado que esta teoría, que se mantuvo en pie durante muchos años, es pura fantasía. Es evidente que los inuits (término que ahora se utiliza para referirse a los esquimales) deben poseer bastantes recursos lingüísticos para referirse al elemento en el que pasan gran parte de su vida, como seguramente los tendrán los tuareg para describir la arena del desierto o los chinos para el arroz. Pero ni por asomo se llega a esa cantidad, como aceptan hoy la mayoría de lingüistas. Se elaboró esta teoría para mostrar lo exótica, variada y rica que puede ser una lengua de una cultura lejana, en contraposición a la “pobreza” de cualquier lengua de nuestro entorno. Y por lo visto se exageró un poquito, porque si no el asunto perdía toda su gracia.

Pero si nos atenemos a estos criterios a la hora de presentar una lengua como exótica y digna de estudio, no tenemos que andar muy lejos.

El español tiene ni más ni menos que 200 términos (palmo más, palmo menos) para describir el aspecto exterior de un toro. Atendiendo al color de su pelaje, su constitución corporal, su cornamenta y sus maneras, en español tenemos docenas de palabras con las que describir hasta el más mínimo detalle y el más leve matiz de un cornúpeta. Y aquí sí que no hay fantasía ni leyenda urbana que valga. Supongo que todas las lenguas occidentales juntas no pueden hacernos ni la menor sombra en este aspecto y que términos como zaino, berrendo, bragado, jabonero, ensabanado, mohíno, cárdeno, mosqueado, gargantillo, lucero, ojalado, rebarbo, semicareto, albardado, aldinegro, listón, lomipardo, calcetero, coliblanco, rabicano, astifino, marrajo o querencioso, deben ser bastante difíciles de traducir a lenguas como el alemán o el inglés (ni siquiera al francés, lengua perteneciente a un país con cierta tradición taurina).

Así que lanzo un llamamiento a los sesudos lingüistas de cualquier universidad yanqui o teutona, para que no se vayan a los polos ni a las junglas impenetrables para dar con una lengua exótica. Simplemente que se fijen en la nuestra, y en este inmenso caudal léxico. ¡Ah, y que se den prisa!... porque en unos años, y por decreto, puede que la mayoría de estos términos hayan pasado a mejor vida…

 

Con tiempo y con ganas, el que quiera puede echar un vistazo a esta dirección http://www.portaltaurino.com/ganaderias/tipologia/tipologia.htm (o a cualquier otra de temática taurina) y comprobar la veracidad de lo que aquí se afirma. Y si entre los lectores hay algún antitaurino, que me perdone, pero aquí estamos tratando exclusivamente de asuntos lingüísticos.

 

 

 

I veri re del calcio

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¡¡¡¡YA ERA HORA!!!

¡¡¡¡YA ERA HORA!!!

¡¡¡VIVA ESPAAAAAAÑA, COJONES!!!!